Durante siglos, el Tarot se ha identificado con el ocultismo místico. Este ha sido percibido como una fuerza mágica con el poder de influir y controlar la vida de uno. En verdad, las cartas del Tarot no son más que herramientas hechas para aprovechar la propia intuición. Su verdadero poder radica en su capacidad para ayudarnos a identificar las áreas que abordamos en nuestras vidas, así como identificar las áreas en que se necesita crecer personalmente. Ellos siempre reflejan nuestros desafíos actuales y nuestro nivel actual de auto-desarrollo. Su verdadero poder viene de nuestro propio ser, interior. Son guías de auto-descubrimiento y la utilización de ellos mejora nuestra capacidad para desarrollar la auto-conciencia. En última instancia, pueden ayudarnos a descubrir quienes somos realmente y nos guían hacia la auto-realización.
La preocupación más común cuando se acerque el Tarot como un principiante es aprender a interpretar los significados de las cartas del Tarot. La mayoría de la gente tiende a sentir que esto puede ser un proceso intimidante y abrumador pero ello no tiene que ser así. Aprender el Tarot es un viaje personal. Los significados en la carta del Tarot pueden ser tan personales como quieres que estos sean, pero lo más importante aún es que no existe un enfoque correcto o incorrecto con el aprendizaje del Tarot. Como dije antes, son herramientas que nos inspiran a ser creativamente libres tanto como usted lo desee. Al final, el verdadero significado de las cartas del Tarot serán sus relaciones personales.
Finalmente diremos que si se desea obtener un logro, a su vez se requiere arriesgar algo, como dice el dicho: “el que no arriesga no gana” el Tarot es un arte de expresar y no podemos encerrarnos con timidez sino sacar todo a la lux, con aquellos “pequeños desperfectos” que encontremos lo iremos afinando poco a poco hasta alcanzar el estándar y a partir de allí en un progreso continuo hasta llegar hacer un maestro del Tarot.
roberto dice
el tarot lee tu yo mas profundo , tu abismo interno sale a la luz