Una lectura menos negativa accede a entender la disyuntiva entre las copas volcadas y las boca arriba. A veces nos negamos a perder esas tres copas y esto provoca que no consigamos salvar ninguna de ellas. Hay que saber que en la vida, para ganar hay que perder siempre algo. El negarse a esa pérdida puede provocarnos una mucho mayor.
Simbología
La carta del cinco de copas, en la representación de Rider-Waite, muestra a una figura – hombre o mujer – envuelta en una capa negra. Está de luto y su postura, con la cabeza encogida sobre el cuerpo, muestra un intenso dolor emocional, ante una pérdida muy importante.
Ante sí tiene a tres copas volcadas y con el contenido derramado. Es lo único que puede ver, pues a su espalda tiene a otras dos, que permanecen erguidas.
El simbolismo es, en todos los sentidos, relativo al dolor y la pérdida. El río que cruza a su lado fluye con su pena, que parece no tener fin.
Sin embargo la carta tiene diversos símbolos positivos. Las dos copas erguidas demuestran que no todo está perdido, que una parte muy importante de lo que teníamos sigue viva. El puente que cruza el río indica que podemos pasar del pasado doloroso hacia el futuro, siempre que seamos capaces de emprender el camino adecuado, con las dos copas que aún nos quedan. Es un símbolo de consciencia y determinación.
Al otro lado del puente nos espera una casa, símbolo esta vez de la seguridad y la estabilidad. En el cinco de copas del Tarot de Marsella, la copa central contiene una especie de fuente de la que nacen las flores que bordean las copas.
Es una carta entusiástica, creadora mediante la fe en palabras de Jodorowsky. Una vez más encontramos una carta de entre los arcanos menores con un significado completamente diferente según el Tarot que estemos leyendo.
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