Usos para la adivinación de esta carta:
- Ser íntegro y merecedor de respeto.
- Guiar o mandar en los demás con autoridad.
- Ley y orden. Reglas sociales y valores.
- Inteligencia y sabiduría. Buenos consejos.
- Una decisión justa o una opinión juiciosa.
- Alguien que puede ser rudo, crítico o poco comprometido.
Significados en posición invertida de esta carta:
El rey invertido se convierte en una figura paralizante. Detiene la acción, también usando el intelecto. Ante una nueva idea, levanta su voz tratando de convencer a los demás de que es errónea. Pretende mantener la situación inmóvil, paralizada.
Su capacidad de raciocinio puede estar mermada, ser una figura de ideas erróneas que no está dispuesto a cambiar bajo ningún concepto.
Una figura perfeccionista, obsesionada con el orden (su orden) de las cosas.
Volcado en el estudio pero alejado de la realidad práctica, sus conclusiones por fuerza han de ser equivocadas.
Simbología
Numerosas similitudes han entre las figuras del rey y la reina de espadas. Las nubes que ocupan parte del cielo, los pájaros que vuelan en el aire. Las mariposas en el trono, la corona y la decoración con querubines.
El rey sin embargo se sienta majestuosamente sobre un trono de piedra que, por la disposición de las nubes, parece estar en el mismísimo cielo. En su mano derecha sostiene la espada, pero no lo hace de la forma equilibrada de la reina, sino que la tuerce un poco hacia su derecha. Esto simboliza la acción.
Su capacidad juiciosa e intelectual, representada por los símbolos del signo de aire, se ve obligada a tomar decisiones prácticas. No da consejos vacíos, da órdenes que hay que seguir.
Los dos pájaros en el aire (uno en la carta de la reina) recuerdan la necesidad de elegir entre dos opciones.
El rey de espadas en el tarot de Rider-Waite viste una túnica azul y tiene una capa roja sobre sus hombros. La corona es amarilla, el color del conocimiento.
La carta recuerda, en su representación, a la de la Justicia y a la del Emperador. En este caso más que una Justicia hipotética se trata de la práctica.
El rey se ve obligado a tomar decisiones reales, más que juicios hipotéticos en que la verdad es el principal de los valores a tener en cuenta.